En IEPAN, comenzamos una nueva iniciativa: además de nuestro menú regular, empezaremos a hacer “Panes con nombre y apellido”.
Desde hace algún tiempo, vengo madurando esta idea de hacer panes con productos especiales que elaboran artesanos, pequeños productores y cultores gastronómicos populares, quienes andan regados por todo el país.
Los que vivimos en las grandes ciudades ni nos enteramos de que existen. No sabemos quiénes son ni apreciamos en su justa dimensión los maravillosos productos que elaboran con mucho esfuerzo, cariño y dedicación. Inclusive, los preparan en condiciones mucho más complicadas que las nuestras y, sin embargo, no pierden la fe en lo que hacen. Al contrario, lo hacen con más empeño y dedicación.
Para esos portadores de la tradición gastronómica popular venezolana vaya nuestro reconocimiento y admiración, por levantarse cada día con el firme propósito de trabajar duro, no solo para levantar a su familia, sino para construir el país posible.
Es así como hemos ido regando la voz entre amigos, para que nos echen una mano y nos consigan algunos de estos excelentes productos. Es el caso de nuestra querida amiga y cocinera Tamara Rodríguez, quien nos trajo su “Pimienta picosa”, una potente pimienta de Guinea que se da en Paria.
Nuestro apreciado cocinero Pedro Castillo nos suministró ají dulce Jobito, denominador del sabor sucrense, además de unos espectaculares chorizos cumaneses con los que hicimos unos chicharroncitos.
El gran cocinero amazónico Nelson Méndez nos facilitó el mañoco de la comunidad Piaroa de Samaria y harina de Pijigüao de la sabana de Manapiare. Juan Carlos Sayalero nos mandó desde Bolívar una espectacular sarrapia, que perfuma toda la escuela al rallarla, y Merey crudo fresquecito.
Estén muy pendientes de nuestras redes sociales, porque serán panes que ofreceremos ocasionalmente. Eso dependerá de los amigos, de la estacionalidad, de lo que vayamos consiguiendo y de las cantidades que podamos obtener.
Me emociona mucho esta iniciativa de ofrecerles unos panes diferentes, más que especiales. El trabajo que implica conseguirlos no es fácil, pero lo hacemos con mucha determinación y cariño. Espero que puedan disfrutar tanto como yo de estos panes con nombre y apellido.